Es triste pero, en cuatro años casi que llevamos de José Víctor como alcalde, verdades pocas o ninguna. La última farsa con la que intenta confundir a los cangueses y tapar su desprecio por los vecinos o su incompetencia de gestión (a veces cuesta diferenciar que le sucede) es con el IBI. El alcalde vierte en una nota de prensa una sarta de mentiras, como se puede leer en el blog de J.R. Mera de Acebo y Jara, fácilmente desmontables, como se verá si hay la paciencia suficiente.
La existencia de una nueva ponencia de valores, en este caso, solo significa que teniendo 3 años para estudiar esas bonificaciones, como todo lo que ha sucedido este periodo, no lo ha hecho y le ha pillado el toro electoral. Estaba avisado por el Partido Popular pero, en 2015, aún faltaban cuatro años para las elecciones.
Su última gran mentira, el IBI, evidencia la mala suerte que tuvo el Concejo al ser decisivos los poco más de 350 votos del señor sin palabra, hoy en el PSOE, para poner de alcalde a José Víctor y amigos. Con otro, se hubiera reducido hace 4 años y hoy no tendríamos que aguantar estas patrañas.